martes, 23 de junio de 2009

Preludio

Un gran círculo despierta en el horizonte
se despereza con cantos de aves madrugadoras,
sus cabellos dorados se despeinan con el viento
irradiando el alba.
Sus manos van cobijando horizontes
al paso de la mañana.
Un cuerpo circular contrasta con el inmenso telón
tiñendo sus paredes.
Comienza un nuevo amanecer
con el ocaso de la noche
despedida con el resplandor de la palma sola.
Ya comienza,
contrastando armonías de colores.


Se entibia el frescor de la mañana
con sonidos de interminables voces.
Un aliento brota del horizonte
cuando se unen en la lejanía
cielo y tierra.
Un manantial multicolor brota de las profundidades
corriendo sobre el nuevo amanecer.
Inconclusas pinceladas
avanzan con la brisa.
Los caminos se abren de roció
transmitiendo innumerables horizontes,
indescifrables tonalidades
difunden el alba.

Cada mañana se abre el horizonte,
los destellos de luz invitan el alba
a transitar los senderos.
Cada mañana es un canto de esperanza,
donde se inundan los confines de la inmensidad...
cada mañana se conjuga el canto
con el verdor de la sabana...
se impregna de coros al compás de la brisa.
Cada mañana se orienta el sol a través de los caminos,
dejando la huella
sombra que se espanta de la tolvanera.
Cada mañana se olvida el pesar y se emprende
el rumbo hacia el infinito


Un canto de esperanza, abriga el amanecer...
enlazando la llovizna de la mañana,
rocío de cantos en el paisaje.
El alba consumió la oscura noche
con cantos de ordeño y bramar de becerros,
sobre el alazán se divisa un tanto más la inmensidad,
y el camino que se abre hacia el horizonte.
Las pinceladas del cielo, dan un matiz que conjuga
el agua de la laguna;
contrastando el verde de la vegetación silenciosa
con el clavel rojizo de la corocora
en la inmensidad

Cuando la flor se viste de rocío
los destellos de luz transparentan el alba
con matices de lirios sabaneros...
la garza purpurina se confunde
con las esponjas del cielo.
El sol se vistió de un cálido plumaje con el amanecer.
La mañana es un amanecer con rocío de corocoras
y destellos de nubes coloreadas.
Sin fin es el velo de la mañana con el carmesí
de corocoras y chusmitas,
solo el camino abre horizontes al abismo
de lirios sabaneros.
Reverdece el camino real.

El horizonte se llenó de calor hacia la inmensidad
La luz descubre el verde monocromías
que se difunden en el infinito.
Solo el vuelo policrómico de la fauna
da pinceladas a la mañana
El sol camina sobre la laguna
descansando en el boral
solo radiantes lirios
acolchan el camino
vistiendo el rocío que vive
con el manto de la mañana

El arestín mañanero alimenta el lirio sabanero
al paso de la mañana,
las garzas dan pinceladas a la laguna
armonizando con los borales.
Las corocoras cual carmesí
inundan la sabana de intenso color,
sangre del paisaje.
Comienza el amanecer
con la invitación de la nueva mañana


Comienza el amanecer, el sol se asoma tímidamente
arrastrando una tenue luz, que se transporta al lagunazo,
las aves en coro polifónico alegran el despertar.
La inmensidad comienza a iluminarse
de senderos y caminos,
la palma sola se viste de cálidos colores
y sobre ella
aparece la mañana.
La brisa difunde el olor a mastranto
por el camino real

Horizonte de destellos, abre sus senderos
con el canto solitario del camino errante.
De amanecer se viste el cielo
bañando el estero,
cubriendo de luz,
calor ; el caudal
lejano, inmenso
del día radiante.
Caminos y caminos
se tejen silentes
sinuoso a orilla
del caño y sinfín
en lontananza...lejano horizonte dueño de policromías
e inmensidades

El sol amaneció por las rendijas del palmar
brillando con la inmensidad
inundando de mañana
el estero.
Con el cinetismo
de las puntas
se mueve el cielo.
Son miles
de punzantes
y dinámicas
fisiocromías radiando
la vida de células en
abanicos móviles.
Cinética de la existencia.


Cada mañana
el llano abre sus ventanas de luz,
abre sus caminos y horizontes.
Cada mañana
el llanero respira nuevas esperanzas.
Canta al recio sol enlazando el deseo de vivir,
un canto de esperanza para ahuyentar
la tolvanera.
Ordeñando el néctar
de las nubes blanquecinas,
dando pinceladas a la sabana
con el verdor de su canto,
coleando sus amarguras
enyugando sus querencias.
Cada mañana...se abre un canto a la esperanza.


Con la aparición del sol
se vislumbra un día de cielo abierto...
y donde el horizonte se hace más infinito...
llegó la mañana a la sabana
despertando la luz y la sinfonía polifónica de cantares
y sentimientos.
Así comienza
lleno de caminos y senderos abiertos a la esperanza,
amaneceres de inmensas sensaciones...
prólogo de amanecer


La garza pintó en su vuelo el azul del cielo,
las corocoras impregnaron de carmesí el cristal del caño.
Los caños convirtieron en mariposas
las flores moradas al paso de los lirios.
La palma pintó el estero de inmensidad...
Los pájaros entonaron un canto a la sabana.
Los gallitos enjugaron canciones a la palma sola
y la nube, allá en el cielo, bordó encajes
al horizonte,
corazón de cielo y tierra.

A lo lejos, el horizonte preludia un canto a la llanura...
El caballo corre libre como la libertad
respirando el aliento de la inmensidad.
El toro cimarrón, pita,
su arrogancia se convierte en llano
y allá, la chusmita brinda destellos a la sabana
sobre el espejo del préstamo.
El canto se armoniza entretejiendo las melodías
del paisaje que inunda de armonías
el lienzo del estero.
El sentirse se convierte en arpegios
inspirando sabanas y lejanías.
El llano brinda su emoción transformada en canto
recorriendo caminos,
senderos de inmensidad, bajo cielo y sol
de horizontes,
musa del adagio de la sabana inmensa


Comienza a despuntar el sol.
En las orillas del río cantó la paraulata.
Viene la luz del día con su frescura
de leche recién ordeñada y bramar de becerros.
Los gallos están cantando llamando la madrugada.
Ya viene la luz del día con trinar de ave madrugadora.
El caño se vistió de mañana
reflejando su cabellera en el espejo del agua.
Comienza a despuntar el sol,
brotan las coplas.
Ya llegó la madrugada con su fragancia de lirios.

El canto se armoniza
entretejiendo las melodías del pasaje
que inunda de armonías el lienzo del estero.
El sentir se convierte en arpegios,
inspirando sabanas y lejanías.
El llano brinda su emoción transformada en canto
que recorre los caminos
senderos de inmensidad
bajo cielo y sol de horizontes.
El llano es una canción
musa del adagio de la sabana inmensa.
Cada amanecer es preludio de nuevas esperanzas...
La sabana multicolor
a lo lejos,
abre el llano
hacia la inmensidad.

Colores cálidos inundaron la laguna,
el cristofué voló a la inmensidad
con la brisa de la palma sola.
El frescor del amanecer impregnó el jagüey
donde el agua clara se despertaba..
Los turpiales entonaron al sol
su hermoso plumaje de llanura,
y la fragancia del estero cautivó
a la garza mora que miraba el horizonte.
Con pinceladas rojizas se impregnó
el blanco trazo en el lienzo matinal.
Así se abrieron los caminos
al paso de la mañana.


El horizonte abrió su manantial de luz,
la brisa peina el pajonal de la laguna,
las garzas y corocoras volaron sobre el alba
y el arestín humedeció la sabana.
El llanero amaneció sobre el lomo de su caballo
cabresteando lunas y luceros.
En la inmensidad se preludia
un nuevo amanecer sobre el camino de los lagunazos.
El llanero amaneció trochando caminos
y abriendo picas hacia el radiante sol.
El llanero amaneció
sobre el potro de su llano.



El llano se impregna de lirios sabaneros,
de cantos de ordeño.
Se abren los mil caminos de la llanura
con la brisa de la mañana...
La copla fluye cual manantial
al compás del sol, inundando las soledades.
Con la mañana nacen mil horizontes.
Con la mañana nace la musa
que sonríe a la palma sola...
Nace el canto de la madrugada.


El alba anuncia un nuevo camino,
se viste el llano de cálido color,
el lirio en el camino comienza a florecer.
Así comienza la nueva mañana
cuando el astro rey vislumbra el alba,
cuando el caño se viste de garzas y corocoras,
cuando el pajonal se peina con la brisa de la mañana,
cuando los senderos se abren hacia nuevas esperanzas.
Con la copla errante por todos los caminos
se impregna de belleza el llano,
mastrantales y lirios visten la verde inmensidad.
La soledad se conjuga con los pajonales abiertos.
El canto de la sabana se abre a los cuatro vientos
por todos los horizontes,
cuando las aves entonan sus trinos
al lirio sabanero.


La sabana se vistió con el sol
iniciando un nuevo amanecer.
Las corocoras salieron temprano
a peinarse en el espejo del caño.
El llano abrió sus caminos
al frescor de la mañana
salpicando de belleza el estero.
El alba abre sus brazos al amanecer
vistiendo el camino de cálidos contrastes.
El lirio viste el estero
floreciendo esperanzas.
El cielo y la llanura estrechan
sus cuerpos.


Con el rostro de tu fragancia
transitas con la brisa,
solo con mirar tus pétalos
que transmite el purpurino lazo,
se siente el frescor de la mañana.
La mañana resplandece la flor sabanera;
adornas cada paso y cada camino,
tu cuerpo blanquecino se confundió
con el resplandor de la garza en el espejo.
Brinda destellos a la sabana
respirando el aliento de la inmensidad,
puntos vírgenes de rocío
en la mañana.


La sabana de matices multicolores,
en compañía del sol, conjugan arco iris
en el horizonte,
pinta el araguaney, de amarilla la inmensidad
y el cielo azul circunda el verde de la sabana.
El rojo de la cayena se multiplica
sobre la banda tricolor.
Amarillo...azul...rojo...
Bandera de la sabana tricolor
con siete estrellas de lirios sabaneros.
El lienzo del estero transmite
la sabana y el alba.

Autocaricatura

Ernesto "Ché" Guevara

Ernesto "Ché" Guevara

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Dibujo realizado por el artista plástico venezolano Régulo Pérez